Furia y
Amor
Historia De Dragones
Hace siglos atrás gobernaba un reino en el más remoto suburbio de Asia, pasando a los Himalaya y sumergido en las orillas de las montañas, este reino estaba regido por tres personas a la cabeza, el rey Ludwico Goyralox, su esposa y reina Kyara Goyralox y la pequeña princesa Irantzu Goyralox, como cada reino, este tenía un enemigo que se podría llamar mortal, eran los Cardragos, una familia de una sangre la cual no era querida y mucho menos apreciada por nadie en la región, en vez de amigos se encontraban con enemigos a su paso, ambas familias cansadas de tantas guerras, decidieron hacer una tregua, la cual consistía en que el día que la princesa cumpla los dieciocho años -la edad del cambio parcial- la tregua de paz se rompería para siempre, y entonces solo entonces se conocería la verdadera furia de cada familia. Cada familia guardaría en su memoria el día en que se demuestre la venganza de los dragones y los dones más grande que se obtienen al serlo. El tener la Furia y el amor combinados en su linaje. Pero nada es seguro, el destino puede dar un cambio que podría afectar totalmente esa tregua, empezando el día en que una Goyralox se involucre con un Cardragos.
Prólogo
Los Goyralox eran una de las seis familias importantes -y únicas- de dragones. Encabezaban la lista los Goyralox, le seguían Los Zenograds, Los Airotsis, Los Tsyralies, Los Downtuers, y por último los Cardragos que formaban parte de las seis familias de dragones más no del consejo único. Estos para la mayoría eran aberraciones naturales, cuenta la historia que su linaje se formo el día en que un dragón nació en tiempos del equinoccio, dando como resultado el color de su piel, negra como el carbón y sus ojos son tan radiantes como esmeraldas recién pulidas, únicos en su especie nadie a excepción de ellos tiene ese color de ojos. Fueron desterrados a tierras sumergidas, para que nadie los observe volar en la superficie, muchos dicen que tomaron medidas contra ellos por la simple razón de que son indescriptiblemente hermosos, por envidia, otros rumorean que hicieron eso porque son perversamente demoniacos no tienen corazón y mucho menos el don del amor. Tan solo tienen el corazón negro, lleno de rabia y furia. Bueno eso es lo que dicen, personalmente nunca he visto uno, eso es porque estoy las veinticuatros horas a la semana encerrada en esta prisión llamada castillo.
Oh déjenme presentarme mi nombre es Irantzu Goyralox la heredera a la corona de mi familia y por ser una hembra posiblemente la reina de los dragones. Pero eso solo sucederá el día en que yo cumpla los 18 años cosa que me estremece al pensarlo ya que esa fecha es demasiado importante y está muy próxima, habrá de todo ese día, una guerra quizás la extinción de mi raza, o tan solo la de mi familia, mi primer cambio y tal vez mi primer vuelo como dragón, habrá de todo, menos una celebración normal de una fiesta de cumpleaños y ¿Qué esperaba? Soy un dragón, cotillón, globos y música no es exactamente lo adecuado.
Pero volvamos al principio donde todo este problema empezó. El Pasado.
***
Hace dieciocho años atrás
El castillo se encontraba totalmente en ajetreo, era el nacimiento del futuro heredero a la corona de los Goyralox, y quizás algún día llegue a ser el rey del consejo único –todas las familias de dragones- estar en doce horas de parto era extrañamente raro y no por el hecho de ser dragones sino porque ya estaba tomando bastante tiempo, cuando un bebe es concebido en forma humana, la madre tiene que darlo a luz de la misma manera, casi siempre es de esa forma, cuando el bebe nace vivirá dieciocho años como humano hasta que por fin le llegue su primer cambio, esto sucede casi siempre en la realeza, en cambio si una criatura es concebida estando en forma de dragones la misma nacerá como tal en un parto en el cual su madre tendrá que estar de esa forma, estas criaturas, nacen dragones y lo son para siempre no pueden tener un cambio parcial como humanos-dragones o viceversa. Estos son los llamados guardianes. Y son los que merodean los castillos protegiéndolos a ellos y a sus ocupantes.
El silencio se sintió, en el momento en que el bebe nació, todos querían admirar al heredero, todos querían ver al sucesor de la corona. Ludwico salió inmediatamente tan pronto como entro en la habitación, su cara estaba pálida. Y llena de miedo.
Algo había sucedido. Algo había cambiado.
Eso era lo que había pasado, en vez de un varón el bebe nacido, el sucesor a la corona era una niña y la encargada de que una profecía enterrada se cumpliera también. Ahora todo estaba claro. Ese era su miedo el miedo que haría que las 5 familias de dragones contando a los Cardragos odien a los Goyralox por tener a la primera y única niña nacida en más de medio siglo. Ya que nadie había podido engendrar a una hembra. Hasta ahora después de más de cincuenta años. Esa había sido la causa de que varias familias de dragones desaparecieran del mapa por no tener quien procree en su familia.
Loyna, la hermana de Kyara salió minutos después de que el rey abandonara la habitación. Ella lucia radiante, no había rastros de miedo o desilusión. En lo absoluto. Ella estaba feliz, y si ella lo estaba su hermana de seguro también.
―Es niña, su nombre será Irantzu, así lo ha decidido su madre y se hará su voluntad, denle la bienvenida a la nueva princesa Goyralox―
gritó Loyna Goyralox
Pasaron varias semanas hasta que los guardianes detectaron intrusos en el palacio. Los Cardragos.
El rey inmediatamente se transformo en dragón de la misma manera que Loyna y Kyara. Ordenaron a los servidores que la princesa sea resguardada en un lugar seguro.
Ellos entraron por las ventanas y otros quedaron afuera.
― ¿Qué es lo que desean en mi castillo?― Exigió el rey Ludwico
Los cuatro Cardragos bajaron de nuevo pero en forma humana, de la misma manera el rey volvió a su forma humana.
― Por favor Ludwico no intentes ocultarlo más, recuerda perfectamente que no somos como los demás nosotros somos especiales, mi hijo de tan solo seis años tuvo la visión de tu hija nacida, vaya desde su primer mes tu hija se está anunciando a los dragones―Habló Brizna Cardragos la reina actual de esa familia. Sus ojos brillaban con sentimientos confusos, difíciles de descifrar, parecían ser rabia o tal vez diversión quien sabe nadie puede entenderlos.
Ludwico inmediatamente se molesto con el comentario despectivo hacia su pequeña y actualmente indefensa hija.
―Mas te vale que retires lo dicho― gruño a Brizna
Esta solo dibujo una sonrisa e hizo ademan de sentarse, los otros tres le siguieron.
―Ludwico, seamos honestos tu hija estará así por el resto de su vida, oh lo siento hasta el día en que cambie y procree.― Su tono de voz esta vez era solo de burla.
―Bueno no vine aquí para pelear, todavía no, hasta que por lo menos escuches mi plan, este es un buen trato nos beneficiará a ambas partes por supuesto mucho mas a ti que a mí― continuo Brizna
―Habla de una buena vez Brizna y hazlo pronto que mi paciencia se agota―
Brizna soltó un bufido y le contesto
―Mi querido Ludwico no estás en posición de obligarme y mucho menos gritarme, bueno me estoy desviando del tema, vamos a ser directos, se lo que es perder a un hijo claro no hace falta que lo diga, por supuesto fue por tu culpa que lo perdí, ahora como se lo mucho que Kyara sufriría si a su pequeña y única hija le pasara algo, he decidido realizar una tregua, la cual consistiría en que ustedes dejarían de oponerse a que entremos al consejo, y yo por mi parte no los volveré a molestar, hasta que tu pequeña cumpla los 18, entonces ella ya no será una indefensa niña será una poderosa dragón, entonces no tendrás porque preocuparte por ella, por lo tanto te preocuparas de tu reino porque entonces yo me encargare de destruirlo. Tu eliges la paz y la felicidad de tu hija hasta que sepa defenderse por la destrucción de tu hermoso e irrompible castillo, y se lo mucho que significa elegir entre los dos. Pero anda Ludwico, tienes que hacerlo solo un minuto no tienes mucho tiempo para pensarlo.―
Ludwico Goyralox, dudo por un segundo pero no había nada que pensar ella era su hija, su única hija, no iba a cambiarla por nada, aun cuando el castillo significaba todo para su linaje, para él.
― ¿Prometes que no molestaras en los próximos dieciocho años?― Brizna mostro una sonrisa triunfante.
―Por supuesto, un Cardragos puede ser cualquier cosa menos alguien que no cumple sus promesas, cuenta con eso.―
―Bien, acepto― El rey soltó un respiro y bajo la vista
―Perfecto nos vemos en dieciocho años― ella continuo ―Oh se me olvidaba nunca dije que tendría piedad, es mas será demasiado doloroso―
Y entonces se marcharon, felices por haber conseguido la entrada a la destrucción de la familia más importante del consejo. La familia donde solo una persona podría cambiar su destino.
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